martes, 14 de febrero de 2023

 

                                           YO CAMBIO EL MUNDO

 

La negrura lo apretaba todo: su cuerpo febril, los pensamientos desorientados, el alma errabunda. Entreabrió los párpados. Unos ojos que parecían haber visto pasar demasiadas veces la vida le miraban. Un halo amarillento bailaba en alguna parte y le daba pátinas de metal dorado a la piel oscura que les rodeaba. Voces de mujeres rezaban. Pensó que, tal vez, se hallaba en el trance final de la muerte. Cerró otra vez los párpados y con un quiebro blando, carne y espíritu se dejaron engullir por la espiral de inconsciencia y fatiga.

La terraza del Villa Magna hacía juego con la copa del Vega Sicilia. Tenía mucha sed, pero ella sabía cómo disfrutar del preciado caldo. En la mesa había colocado la carpeta con los títulos, un anuncio de trabajo y su pasaporte. Los estudios también le habían servido para descubrir el eslabón que debía romper si no quería formar parte de la cadena. Tanto escuchar: «Tú eres mejor porque has nacido en esta familia», le hizo mirar más allá del dinero.

Un hombre de traje azul marino apareció, trayendo consigo algo de lluvia y un trío. Caminaba como en un desfile militar. Cuando la vio, dejó brotar una mueca. No esperaba encontrarla con ropa deportiva. Le contrariaba verla así  y menos en aquel sitio y para esa ocasión. Contuvo la crítica y relajó el rostro. Hizo una señal.

No sé tú salió de las guitarras y las voces de los músicos. Se intensificó el chubasco y el hombre de aspecto solvente y recio examinó el cielo y después sus zapatos carísimos. La volvió a mirar y abrió una cajita de terciopelo que sacó del traje. De ella emergió un brillo de diamantes y oro blanco y también un probable amor eterno, lujo y vida muelle. Ella volvió la vista sobre los papeles. Él cerró la cajita y mandó callar el No sé tú. Primero encontró el grado en Psicología, luego un máster en Criminología, la oferta de trabajo de una ONG y el pasaporte con visado a la República Centroafricana.

Después del tipo del traje, los del No sé tú se marcharon con caras de falsificada seriedad. Empeoró el tiempo y ella se asomó a la calle. Temblaba. Se le mojaba la frente y la sed se volvió terca. Decidió beber sin importarle las buenas costumbres de tantos años, pero a pesar de intentar acabar con el vino de golpe, no caían más que unos ridículos tragos. Gritó.

Abrió por fin los ojos y escuchó otra vez los rezos. Se hizo el silencio y con él llegaron abrazos a la lumbre de quinqués y francas sonrisas, susurros amables entre telas multicolores y pieles brunas, emociones fecundas de la tierra roja y los cánticos del trabajo, el cariño de aquellas mujeres víctimas de inconfesables formas de violencia.

El rostro blanco y los ojos claros de la doctora de la comunidad se abrió paso entre los murmullos. Supo que había vencido a la malaria. No quiso volverse a España. Seguía decidida a continuar ayudando a las mujeres de allí, porque ella, sin duda, les enseñaba a cambiar el mundo.

#Historiasdemujeres

martes, 14 de septiembre de 2021

Haikus

 https://elvuelodelalechuza.com/2018/01/28/los-haikus-de-matsuo-basho-o-la-eternidad-en-el-instante/

miércoles, 8 de septiembre de 2021


Katauta

I
Quisiera volver
aunque fuese en un sueño
a reír bajo el aguacero
II
I would like to return
even in some dream
to laugh under the rain
A.C


 

domingo, 27 de diciembre de 2020



Rulfo, cien años después 



 “Literatura Cubana” por Alejandro Cardoso Osorio.https://ellibrodurmiente.org/rulfo-cien-anos-despues-varios/

El libro que pretendo recomendar hoy me ha hecho romper, de cierta forma, la coherencia que marca este apartado sobre literatura cubana que con tanto cariño comparto con ustedes. Y digo en cierta forma, porque cuando me tropecé con el título, Rulfo, cien años después, supe con certeza que los veintitrés relatos de otros tantos narradores que entre sus páginas rinden homenaje al escritor mexicano me llevarían a clavar la mirada en sus historias, con el mismo interés que hemos puesto en los acontecimientos y la vida que tan bien nos cuenta Rulfo en “Pedro Páramo” y “El llano en llamas”.

Pero bien, a lo que iba, el suceso que hizo descarrilar por esta vez mi férrea ruta de hablar solo de literatura cubana fue hallar, entre tantos autores, a cinco escritores de mi isla participando en esta gran fiesta de las letras. Para mayor regocijo, descubrí que tanto la selección de los cuentos como la breve nota introductoria, corren por cuenta de la compatriota Mayda Bustamante, y que la portada de esta joya fue obra de la pintora también cubana Diana Balboa. ¿Qué más tendría que haber para que no pudiese resistir el impulso de traer esta publicación a mi pequeño rincón cubano?

Creadores de Argentina, Chile, Costa Rica, España, México, Venezuela y Cuba se juntan en esta especie de aquelarre literario, en el que consiguen resucitar el espíritu rulfiano y trasplantar con maestría esos escenarios de vida y de muerte, desde esas tierras que el mexicano tan bien conocía a una ciudad del interior en una isla del Caribe, cuando una madre atraviesa de noche las calles impregnadas del peligro que emana por todo el país convulso, y se arriesga a buscar un bocadillo para su hijo, o en el extraño suceso de un enjambre de avispas que queda atrapado entre el cristal y las contraventanas de una habitación, en un verano implacable que atraviesa los techos y las paredes de una vieja casona en España; o en el más profundo rincón del pensamiento de otra mujer, o en ese habitar de la muerte en nuestros cerebros desde donde emergen los difuntos como si estuviesen aun vivos; y también, como no, en los rostros duros, curtidos, inundados de luces y de sombras que nos encontramos por la calle, en los silencios, en los olvidos, en las rendijas que día tras día se abren para descubrir que, del alguna manera, siempre existe otra clase de verdad.

Como expresa Mayda Bustamante al principio de esta obra: “Solo deseo que este libro cubra las expectativas que el lector, a quien finalmente, va dirigido, tiene de una nueva creación.

Cuando se habla de Rulfo, irremediablemente recuerdo las palabras que sobre él pronunció el también escritor y poeta cubano Eliseo Diego. “Hay dos lugares cruciales en la vida de un hombre. El lugar donde nace y aquél en que debe esperar a que le caiga encima toda la enormidad del tiempo. Nací yo en Cuba, y en Cuba desearía acabar. Pero si por azar me tocase hacerlo en esta tierra de México a la que tanto amo por tantas razones, ponedme, hermanos y hermanas, cerca de donde esté Juan Rulfo. Porque él, que sabía mucho de estas cosas, afirma que los muertos cuando están solos platican muy a gusto entre ellos y cuentan cosas, se cuentan unos a otros sus historias. Debe ser muy interesante vivir dentro de un cementerio y oír cómo los muertos “se cuentan sus cosas, sus penas, sus alegrías, todo”.

Ha sido todo un regocijo descubrir la influencia de Rulto en estos cuentos. Este libro demuestra que su obra perdura y se expande en la prosa de estos veintitrés escritores que han sabido, a su manera, plasmar la esencia de uno de los clásicos indiscutibles de las letras.

sábado, 14 de noviembre de 2020



 SEDOKA


I
Lejos de todo
rodeado de distancias
ausente en los sepelios

Sin despedidas
desde alguna otra orilla
el emigrante.
A.C

II
He's away from it all
surrounded by distances
absent at funerals

No goodbyes
from some other shore
the emigrant.
AC






KATAUTA


I
Aun arrumbado
sin descanso te estudian
buscando la utilidad
A.C

II
Still scrapped
they study you tirelessly
looking for the utility
A.C


 

jueves, 27 de agosto de 2020



TANKA

 I

Hoy llegas a mí
en un compás musical
me das esa imagen
Mas no podré amanecer
dormido en tu orilla
A.C

II
You come to me
in a musical rhythm
you give me that image
But I can't wake up anymore
after sleeping on your shore
A.C