jueves, 11 de abril de 2019


Y uno más uno dejaron de ser diez para volver a ser dos. Renunció a creer que el cielo era morado cuando comprobó, tras abrir los ojos con despertar de asombro, que seguía siendo azul. El mar ya no mostraba aquella triste e impuesta escala de grises y la noche le devolvió la luna llena tras cien eclipses de palabras huecas y gestos duros.
A.C.

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